A medida que pasa el tiempo y usas tu Opel Insignia, los amortiguadores van perdiendo propiedades.
Al fin y al cabo, son piezas sometidas a permanente desgaste por su uso continuado.
Por esa razón, cada cierto tiempo es necesario proceder a su sustitución.
Si estás navegando en esta página, seguramente estés pensando en comprar unos amortiguadores nuevos para tu Opel Insignia.
Pues sigue leyendo, porque en esta sección te ofrecemos toda la información que necesitas para efectuar tu pedido.
Los amortiguadores de tu coche tienen la función de absorber los golpes y balanceos producidos por el vehículo, cuando circula por firmes irregulares.
Para cumplir con esa misión, están compuestos por unos tubos que se colocan entre el tren de rodaje y la carrocería, y que se encargan de minimizar los impactos que se van produciendo al pisar baches o pasar por badenes y resaltes.
Además de proporcionar mayor comodidad a los ocupantes, los amortiguadores también tienen que mantener la estabilidad del vehículo en situaciones en las que las inercias pueden terminar haciendo que tu Insignia vuelque o se salga de la carretera.
Por esa razón, es fundamental tener siempre en buen estado los amortiguadores de tu coche.
Los amortiguadores tienden a desgastarse más en el uso urbano, ya que las frenadas son mayores, por culpa de las continuas paradas y detenciones en semáforos, pasos de cebra e incorporaciones a rotondas.
Además, otro factor importante en la vida útil de los amortiguadores tiene que ver con el pavimento por el que sueles circular. Si este es muy irregular, lleno de baches, con grietas o socavones, la amortiguación se desgastará con más rapidez.
En general, unos amortiguadores normales suelen durar entorno a unos 60.000 kilómetros (en casos extremos, pueden llegar a aguantar sin dar problemas hasta los 80.000 kilómetros).
El Opel Insignia cuenta en sus gamas más altas con un sistema de suspensión inteligente, que cambia de un modo electrónico el tarado de la amortiguación.
Esta suspensión adaptativa funciona a través de sistemas electromagnéticos. En concreto, varía la rigidez de los amortiguadores mediante unas electroválvulas controladas por una unidad electrónica que marca el comportamiento óptimo en cada momento.
Pues según señala la propia red de posventa de Opel, en el modelo Opel Insignia A de primera generación se produce un fallo electrónico, de cuya existencia advierte en el cuadro de mandos un testigo de avería del ABS/ESP.
El problema se soluciona cambiando el mazo de cables y conectores que conectan la suspensión con la unidad de control.
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